Sebastián lleva 13 años trabajando en el INGER y hoy participa activamente en la implementación de los nuevos modelos de atención, promoviendo una mirada autocrítica, el crecimiento del equipo y la adopción de un cambio cultural que desafiará a los funcionarios en este nuevo camino.

Para él, resulta fundamental observar y comprender las realidades de otras instituciones, con el fin de establecer relaciones con ellas, y “este cambio es una oportunidad para que el Instituto Nacional de Geriatría traslade todo lo aprendido en pos de un futuro mejor”, finaliza.